miércoles, 5 de noviembre de 2014

GIVE 'EM HELL - Sebastian Bach, 2014. Crítica del álbum. Reseña. Review.


Sebastian Bach es ese tipo que cuando pasa delante de un espejo siempre siente la imperiosa necesidad de masturbarse. Si, Sebastián se gusta muchísimo a si mismo, y a nosotros también nos gustaba en exceso cuando era el impresionante vocalista de Skid Row, aquella descomunal banda en la que junto a Bolan y Sabo nos voló las cabezas en la confluencia de las décadas de los 80 y de los 90.


Bach salió de Skid Row, y ni él ni su anterior banda encontraron su sitio en el confuso panorama rockero de los 90. Han tenido que pasar muchos aňos para que Skid Row, con Johnny Solinger en el papel del efebo rubio y comprendiendo por fin su misión, colocase un artefacto a la altura. Su "United World Rebellion: Chapter One" de 2013 fue un pelotazo en todos los morros, lleno de la actitud y de la potencia necesarias para no caer en el olvido tras la primera escucha.


Así que parece que Bach se ha picado, y es que él nunca ha comprendido ni valorado Skid Row sin su carismática presencia. Trabajos como "Ángel Down" en 2007 o "Kicking & Screaming" en 2011 ofrecieron ciertos aspectos que invitaban al optimismo, pero carecían de la consistencia y de la cohesión que se esperan de quien una vez fue uno de los dioses del metal. Y llega 2014 y Sebastián Bach aparece con "Give 'Em Hell", de inicio un disco con una de las portadas más feas que recuerdo.

No está solo en este retorno, y es que le acompañan músicos de reconocido talento y prestigio. Duff McKagan, bajista de Guns ‘N Roses, Velvet Revolver y líder de Loaded entre otros, el guitarrista de sesión Devin Bronson, uno de los más solicitados de Los Angeles y el baterista Bobby Jarzombek, músico asociado a Riot o Halford, accompañan al rubio vocalista en su nuevo proyecto. A ellos se han sumado invitados de lujo como el controvertido guitarrista John 5 o el también guitarrista Steve Stevens, compañero de Billy Idol o Vince Neil.


La producción, en ocasiones no demasiado acertada, sobre todo con la ubicación del bajo, ha corrido por segunda vez  a cargo de Bob Marlette, un tipo que ya había trabajado con Alice Cooper o Black Sabbath entre otros, y la composición, acreditada a toda la banda, ha tenido como protagonista principal a un Sebastian Bach que verdaderamente muestra algo más de la  fuerza y de la solidez habituales en un terreno en el que no es precisamente un superdotado. Su voz se ha degradado ligeramente con el paso de los años, pero es justo reconocer que el tipo se mantiene en plena forma, con uno de los más poderosos alaridos  que se pueden escuchar en el mundo del metal.

El trabajo de guitarras en “Give ‘Em Hell” es realmente bueno. Bronson está fantástico y merced a sus riffs y a sus solos consigue que incluso los temas más débiles del álbum crezcan. El aporte de Steve Stevens se antoja determinante en esa explosión de riffs y la participación de John 5 eleva el listón. McKagan proporciona sólidas líneas de bajo mermadas en cierto modo por la producción, conjuntando a la perfección con la frenética y variada batería de Bobby Jarzombek, también protagonista del álbum, formando un combo rítmico de primera categoría.


Un álbum, “Give Em’ Hell” que bajo su espantosa  tapa esconde un más que decente artefacto de hard rock y metal que intenta rivalizar en cierto modo con el sensacional EP que su antigua banda lanzase en 2013, y es que “United World Rebellion: Chapter One”, lo último de Skid Row con un excelente Johnny Solinger en las voces, fue en mi humilde opinión uno de los mejores trabajos de 2013. Así que Sebastian se pone serio y casi consigue dar en la diana con su nuevo invento, un álbum que recuerda en ciertos aspectos a aquel “Subhuman Race” que publicaba la banda madre allá por 1995.

“Give ‘Em Hell” es en cierto modo una continuación del último “Kicking & Screaming”, evidentemente cargado de mayor poder y emoción, una especie de culminación de su trabajo en solitario y probablemente su mejor trabajo hasta la fecha, algo, por otra parte, no demasiado difícil de conseguir dados los antecedentes. Hard rock y metal cargados de actitud en el que las guitarras se convierten en absolutas protagonistas ofreciendo una auténtica explosión de riffs, probablemente encaminados en exceso a eso que se ha dado en llamar metal moderno.

"Hell inside my head" es un tema que no habría estado fuera de lugar en el ya mencionado “Subhuman Race” de Skid Row de 1995, un buen corte para abrir un álbum, con energía y actitud y estribillo acorde tras el que "Harmony" se comporta como un híbrido entre algo de Skid Row y algo de Guns N’ Roses según ha comentado el propio Sebastian Bach, un corte en el que la influencia McKagan es innegable desde esas guitarras casi punk hasta ese estribillo sorprendentemente dulce.

"All my friends are dead" es un decoroso tema en el que Sebastian Bach reflexiona sobre los compañeros que pasaron a mejor vida durante todos los años que lleva en el negocio. Después "Temptation" es un corte lleno de potencia que recuerda al “Mudkicker” del fabuloso “Slave To The Grind” de 1991, esta vez con algo más de melodía y con un sensacional trabajo de guitarra en el que John 5 se sale. El ejemplo perfecto de como se maneja Sebastian Bach entre la oscuridad y la luz.


"Push away" es uno de los trallazos de más nivel del álbum. Un tema de inicio lento y sombrío que desemboca en un poderoso corte de rock con cierto aroma al “November Rain” de Guns ‘N Roses alimentado por el enloquecido rango vocal de Bach antes de la llegada de "Dominator", sin duda el tema que preside el álbum, un pelotazo de enérgicas guitarras, las mejores de “Give ‘Em Hell”, y sensacional voz de Bach. "Had enough" es una conmovedora balada de hermosa melodía con la mejor interpretación vocal de Sebastian Bach en todo el disco y con un solo espectacular tras la que irrumpe "Gun to a knife fight", otro pelotazo en el que el sensacional doble bombo de Bobby Jarzombek sustenta una espectacular dosis de riffs.

"Rock'n'roll is a vicious game" es un muy buen cover del tema de los canadienses April Wine. Un tema más lento en el que la armónica favorece los guiños al southern rock y que recuerda en ciertos aspectos a los primeros Skid Row con esa guitarra acústica y ese piano de fondo. Un tema en el que Bach, además de demostrar su talento, demuestra también que es un fantástico aficionado al rock. Luego "Taking back tomorrow" y sus retazos de metal moderno que tal vez no fuesen necesarios para un tipo como Sebastian Bach. Guitarras buenas en cualquier caso y McKagan en protagonista. Los riffs de "Disengaged" y de "Forget you" sirven para cerrar este decoroso trabajo de Sebastián Bach en el que la interpretación está bastante por encima de la composición y la producción.

Todos conocemos a Sebastian Bach, ese inmenso vocalista capaz de lo mejor y de lo peor, capaz de meterse en la piel de Jesucristo en el musical, de hacer el ridículo en la televisión o de sacar un álbum indecente. Pues bien se ha marcado un decente artefacto, sin duda de lo mejor desde que salió de Skid Row, aunque si para el "United World Rebellion: Chapter One" de Skid Row pedíamos mayor duración, tal vez hubiese sido deseable que Sebastian Bach se hubiera quedado con los cinco o seis mejores cortes de "Give 'Em Hell" para publicarlos en formato EP.

Entrada publicada en el ZEPPELIN ROCK SABATH de @FRAILAS el 29 de Abril de 2014

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