viernes, 24 de enero de 2014

CACTUS - Cactus, 1970


Tras el “Beck-Ola” de Junio de 1969 el Jeff Beck Group llegó a ser anunciado para tocar en Woodstock, pero las habituales fricciones entre egos tan elevados pusieron punto final a la trayectoria de la banda. Ron Wood iniciará la aventura de los Faces, y Nicky Hopkins participaría con los Jefferson Airplane en el famoso festival.


Más o menos por las mismas fechas, el combo rítmico de Vanilla Fudge, formado por el bajista Tim Bogert y el baterista Carmine Appice, decidía abandonar el grupo y embarcarse en una nueva aventura en la que dar rienda suelta a la dureza que llevaban en sus mentes. En Septiembre de 1969 Bogert y Appice contactarían con Jeff Beck y Rod Stewart con la idea de unirse a ellos en un nuevo proyecto, pero en Diciembre de ese mismo año el guitarrista sufría un gravísimo accidente de moto y su presencia en el proyecto quedaba descartada al tiempo que Stewart ingresaba en los Faces de Wood.

Bogert y Appice siguieron adelante con la nueva banda y reclutaron al guitarrista de blues Jim McCarty, un tipo que había tocado con los Buddy Miles Express o con los Detroit Wheels de Mitch Ryder. Rusty Day, el vocalista de los Amboy Dukes, la banda de Ted Nugent, completaba la formación. La nueva banda se llamaría Cactus y rápidamente firmaría por Atco Records, una división de Atlantic Records con la que los Vanilla Fudge habían trabajado hasta su disolución en 1969. El 1 de Julio de 1970 Atco publicaba “Cactus”, su álbum de debut.


La propia banda produce “Cactus”, y lo hace de manera excepcional, otorgándole una calidad de sonido al disco impropia del inicio de la década de los 70. Un sonido que verdaderamente cimenta las bases del hard rock que estaba por llegar, al igual que hicieron las bandas británicas más aclamadas. Un enorme disco de hard blues rock que impresionó al público y que sentó las bases para el boogie rock incendiario. Poderoso blues de alta energía fusionado con hard rock influido por el rhythm and blues.

La labor de los cuatro integrantes de la banda en “Cactus” se puede considerar monumental. Las explosiones y los fuegos de artificio de Rusty Day y Jim McCarty se ven perfectamente secundadas por el abrumador conjunto rítmico formado por Bogert y Appice, combo que incluso en muchas ocasiones se convierte en protagonista indiscutible del disco. Los riffs y solos de Jim McCarty, teñidos de blues, son una huida hacia adelante en la que cada nota cuenta otorgando una importancia desmedida a la composición. McCarty fue un guitarrista completamente infravalorado, y su trabajo en “Cactus” verdaderamente le sitúa a la altura de los mejores, con unos dedos  que parecen realmente entrar en combustión en el debut de su banda.

Tim Bogert toca su bajo Telecaster como si de una guitarra rítmica se tratase, con un ritmo y un tono apabullantes. Realmente uno de los mejores bajistas de boogie rock que se pueden escuchar. Carmine Appice aumentó su leyenda a la batería y se marcó una de las mejores interpretaciones de su carrera, formando con Bogert una de los más aclamados combos rítmicos de la historia del rock. Rusty Day se convirtió por derecho propio en el mejor vocalista que una banda como Cactus podía tener. Una digamos que rural manera de entender el rock pero tremendamente adictiva.


“Cactus” no tiene ningún corte débil entre sus dos versiones y sus seis originales de la banda, completando un artefacto redondo en todos los sentidos. “Parchman Farm” presenta sin duda una de las mejores interpretaciones en conjunto de su época de guitarra, bajo y batería. Instrumentos que convierten en un tremendo trallazo el clásico de Mose Allison. Un tema tan rápido y duro que revienta los altavoces antes de terminar.

Después, “My Lady Fronm South Of Detroit” es una balada acústica que pone algo de calma en el disco antes de la explosión que es “Bro. Bill”, un retorcido blues de letras ciertamente inconexas pero extrañamente adictivo. “You Can’t Judge A Book By The Cover”, la revisión del clásico de Willie Dixon, presenta un inmenso trabajo de guitarra de McCarty, sobre todo al principio del solo, estableciendo el tono para el resto del tema. Algo engañoso al principio, con acústicas y armónicas, pero demoledor después.


“Let Me Swin” se embarca en territorio Led Zeppelin con un inmenso Rusty Day. Un trallazo de rock merced a los humeantes riffs de McCarty, seguido de “No Need To Worry”, un pedazo de tema de blues que contiene un fabuloso solo de batería de Carmine Appice y una heladora línea de bajo de Bogert. “Oleo” es una oda a las jams de la época, de atmósfera natural, caliente y brillante en la que ni siquiera la armónica le resta fuerza, para terminar este maravilloso álbum con “Feel So Good” un buen tema de blues muy en línea de lo que se estilaba en la época en la que fue compuesto.

Una banda casi enterrada por la grandeza de algunas de las que se llevaron toda la gloria de finales de los sesenta y principios de los setenta, pero sin duda a la altura de ellas. Músicos irrepetibles poniendo a prueba la capacidad de sus instrumentos y demostrando una vez más que el talento y la energía no son incompatibles, y que si uno sabe, puede tocar tan duro y tan alto como desee, y eso es a lo que se dedicaron Cactus, en este su debut y en sus también inmensos “One Way…Or Another” y “Restrictions”, ambos lanzados en 1971.

Esta entrada fue publicada en Julio de 2013 en ZEPPELIN ROCK SABBATH, el blog del maestro @FRAILAS.


No olvidéis pasar por LA BANDA QUE NUNCA EXISTIÓ para dejar vuestra lista de esa posible mejor banda de la historia del rock, en formato comentario o mediante MD a @BlueMonday1971.

3 comentarios:

  1. Justísima reivindicación de esta maravilla demasiado olvidada, Javier. Yo tengo el disco junto los tres sigiuentes es un fantástico y doble compacto que recomiento a todo hijo de vecino: "Barely Contained: The Studio Sessions".

    Un abrazo.

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    1. Tomo nota de la recomendación. Me encanta esta banda, unos clasicazos que de los que mucha gente se ha olvidado. Especialmente Jim McCarty.

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    2. Tíos, esta pedazo de banda es una de las responsables de que hoy escuchemos eso que se llama hard rock, y lo son por motivos obvios, porque los 3 primeros discos son de babero.
      Abrazos a ambos.

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